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((**Es12.537**) rigor las iniquidades en los inocentes >>que será del hombre que las ha cometido y torna a cometerlas muchas veces? (Serm. De Passione D.) Quinta palabra. Como la primera culpa fue pecado de gula, el Divino Salvador quiso borrarlo con el sensibilísimo sufrimiento de la sed. Y he aquí la quinta palabra de Jesucristo en la cruz. El Redentor, sumido en dolores, colgaba todavía de la cruz, y la sangre derramada, las fatigas de todo género sostenidas, habían postrado su adorabilísimo cuerpo hasta experimentar una ardorosísima sed. -Postea, dice san Juan (Cap. XIX), sciens Jesus quia omnia consummata sunt, ut consummaretur Scriptura, dixit: Sitio. Vas ergo erat positum aceto plenum. Illi autem spongiam plenam aceto, hyssopo circumponentes, obtulerunt ori eius. Nicolás de Lira, hablando de esta sed, dice: Tantum laboraverat et sanguinem emiserat, quod corpus eius erat dessiccatum et adustum, et propter hoc sitiebat supra modum. San Agustín reconoce un misterio en la sed de Cristo. Jesús tiene sed, dice él, pero sed de nuestra felicidad, de nuestra salvación, de nuestra bienaventuranza: Sitit gaudium vestrum. El Nacianceno dice que Jesús tiene sed de invitarnos a nosotros a tener sed de El y a decidirnos a amarlo: Sitit sitiri Deus. Tiene sed de nuestras almas, y querría padecer más a fin de facilitarnos el camino de la salvación. Sitio; sitit maiora tormenta 1. ((**It12.637**)) Sexta palabra. San Juan describe así la sexta vez que Jesús habló desde la Cruz: (Cap. XIX) Cum ergo accepisset Jesus acetum, dixit: Consummatum est. Habiendo Jesús probado el vinagre que se le ofrecía, dijo: Se ha consumado. Se ha consumado la sangre que debía derramar para la salvación de los hombres. Se han consumado, se han cumplido las profecías, que anunciaron mis sufrimientos. Completae sunt Scripturae, escribe san León, non est amplius quod insaniam populi furentis expectem; nihil minus pertuli quam me passurum esse praedixi (Serm. de Passione). Se han cumplido las figuras, los símbolos y lo que David vaticinó respecto a mi sed y a la amarga bebida, que se me ofrecería: Dederunt in escam meam fel et in siti mea potaverunt me aceto. Consummatum est. Se ha consumado la barbarie de mis perseguidores; el misterio de la Redención del mundo se ha cumplido. Consummatum est. Séptima palabra. Jesús Salvador, después de haber perdonado a sus enemigos, después de su acto de misericordia con el buen ladrón, después de constituir a su augustísima Madre como madre nuestra, después de experimentar ardorosísima sed, consumado el Misterio de la Redención, al fin, lanzando un fuerte grito, encomendó su espíritu al Padre celeste y exclamó: Padre mío, en tus manos entrego mi espíritu. Et clamans voce magna Jesus ait: Pater, in manus tuas commendo Spiritum meum.Et haec dicens, expiravit (Lucas, XXVII). Los sagrados comentaristas observan que un hombre tan exhausto de sangre, tan agotado de fuerzas, y a punto de exhalar el último respiro, no podía, por sus facultades naturales, emitir un grito tan fuerte; por lo cual Cornelio Alápide piensa que gritó gracias a una fuerza sobrenatural, que le proporcionaba la Divinidad. Otros, con santo 1 Monseñor Rocca en su tratado De solemni communione Summi Pontíficis (Tom. 1) dice que los Romanos Pontífices, cuando celebran solemnemente con su Diácono y Subdiácono, absorben la Sangre de Jesucristo con la cánula, para representar la caña en cuyo extremo fue colocada la esponja de vinagre ofrecido a Jesucristo mientras pendía de la Cruz. (**Es12.537**))
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