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((**Es12.535**) de menor calidad, pero muy atenuado por su ignorancia. Por eso, el ruego de Jesús al Padre Eterno no fue para los dignatarios, que se mostraban obstinados, sino para los humildes, para los gentiles, que lo crucificaron, a los que la ignorancia hacía de alguna manera dignos de disculpa. El Venerable Beda se anticipa a santo Tomás en el mismo sentido diciendo: Pro illis rogat, qui nescierunt quid facerent, zelum Dei habentes, sed non iuxta scientiam. Multo magis fuit excusabile peccatum gentilium, per quorum manus crucifixus st. Segunda palabra. Los hebreos, para cubrir de infamía al Salvador y, según la predicción del Profeta, hartarlo de afrentas, quisieron que dos famosos delincuentes estuviesen crucificados a su lado, para que, apareciendo igual a ellos en la pena, pensara la gente que también había sido igual la culpa y la infamia. Parece que, al principio, los dos ladrones insultaban al Salvador; pero uno de ellos, tocado por la gracia de Dios, reprochó al compañero diciendo: ->>Ni siquiera temes a Dios, llevando como llevas la misma condena? Nosotros, después de todo, pagamos la pena por nuestros delitos, y la merecemos; pero éste no ha hecho mal alguno. Y, volviéndose a Jesús, decía: -íSeñor, acuérdate de mí, cuando estés en tu reino. Jesús respondió: -Hoy estarás conmigo en el Paraíso. Et dicebat ad Jesum: Domine, memento mei, cum veneris in regnum tuum. Et dixit illi Jesus: Hodie mecum eris in Paradiso 1. Los sagrados intérpretes preguntan si, por la palabra Paraíso, debe entenderse Paraíso terrenal, Paraíso celeste, o Limbo. La opinión común está por Paraíso celeste. Pero, si en aquel día el Salvador no subió al Cielo, sino que bajó al Limbo, >>cómo se cumplió la promesa: Hoy estarás conmigo en el Paraiso? El docto Hesiquio de Jerusalén interpreta el texto evangélico, añadiendo una coma después de hodie, de modo que el sentido sería éste: -Hoy te digo: Tú estarás conmigo en el Paraíso. Pero más sencilla es la explicación de san Agustín, que dice haber hablado el Salvador no como hombre, sino como Dios. De modo que hoy, en la boca de Dios, no tiene límite de tiempo. Más claro aún lo explica Santo Tomás diciendo: Illud Verbum Domini hodie est intelligendum non de Paradiso terrestri corporeo, sed de Paradiso spirituali, in quo esse dicuntur quicumque divina gloria perfruuntur. Unde latro quidem cum Christo ad infernum descendit, ut cum Christo esset, quia dictum est ei: Mecum eris in Paradiso; sed proemio in Paradiso fuit, quia ibi divinitate Christi fruebatur sicut et alii Sancti (Parte 3.¦, Quest. 52). ((**It12.635**)) Tercera palabra. El Salvador había ya concedido el perdón y asegurado el Paraíso al buen ladrón, cuando volvió la mirada a los presentes, y sus ojos se encontraron con los de su amadísima Madre. Habían huido todos sus parientes y amigos, habíanse dispersado los Apóstoles. Ella sola, como mujer fuerte, acompañada de Juan, casi insensible al dolor del afecto materno, asistía intrépida al Hijo clavado en la cruz con su corazón verdaderamente traspasado por una punzante espada, como está escrito en el Evangelio: Et tuam ipsius animam pertransibit gladius. 1 Quien desee noticias particulares en torno al nombre y patria del buen Ladrón, si tiene que ser tenido por mártir o confesor, puede leer: BENEDICTO XIV, De Canoniz. Sanct. L. IV, Parte 2.¦, C. 12, N. 10. (**Es12.535**))
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