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((**Es12.525**) 4 Carta del señor Gazzolo a don Bosco Rvmo. P. General Sr. D. J. B. Bosco: Hace cinco días le escribí contestando a su carta. Le escribo hoy de nuevo para comunicarle varias cosas que creo oportuno sepa usted. Para el viaje desde Buenos Aires a esta Casa, entre ida y vuelta, se necesitan doscientas liras italianas, pero nosotros lo hemos hecho de balde, porque yo di los pasos necesarios para obtener del Gobierno, como lo obtuve, el pasaje de ida y vuelta para mí, don Juan Cagliero y dos monjas 1. Después de un viaje, el más bonito y pintoresco que pueda hacerse, por distintos ríos con vistas preciosas, maravilla de las maravillas de la naturaleza, después de veinte horas de viaje, llegamos a ésta el 17 de los corrientes, a las seis de la mañana y fuimos recibidos en el muelle por un grupo de los más distinguidos ciudadanos. Por la tarde de ese mismo día, nos dieron un magnífico banquete, en el que tomaron parte todos los Salesianos aquí presentes, toda la comisión, el párroco Ceccarelli con su clero, el que suscribe, etc. Hubo varios brindis agradeciendo a Gazzolo lo que había hecho, y otros para los Salesianos; Ceccarelli y yo hicimos otro en honor de la digna Congregación y de don Bosco. Callo el resto para no ser demasiado largo, y confiando que sus Hijos ya darán a V. S. Rvma. detalle de todo. Creo un deber de conciencia decirle que el doctor Ceccarelli salió a recibirnos exprofeso en un vaporcito a la distancia de quince millas y que se las arregló con la aduana para todo lo que trajeron sus Hijos; que puso a su disposición los coches de dos caballos necesarios para todos y durante todo el día; que durante ocho días los acompañó en coche a todas partes donde fue necesario; que además los llevó consigo y los tuvo en su casa, tratándoles como a príncipes, etc... El padre Cagliero es el único que duerme en casa de Benítez, pero desayuno, comida, cena y todo cuanto necesita lo tiene en casa de Ceccarelli, ((**It12.623**)) el cual nos trata como a príncipes. No puedo describir con palabras todo lo que hizo y hace con los Salesianos el Dr. Ceccarelli. Este Doctor, que tiene treinta y cuatro años, aparenta más de cuarenta y cuatro, parece ya un viejo, debido a su celo y constante laboriosidad. He leído en los periódicos la muerte del Obispo de Piacenza: me parece sería del caso que don Bosco propusiese al Padre Santo para dicho obispado, al Dr. Ceccarelli, digno y dignísimo protector de los Salesianos, hombre de virtud y letras, amadísimo aquí por todos y fundador de muchas hermosas obras, como la de las Religiosas de la Misericordia, de las Damas de la Caridad, de diarios católicos y de otras obras piadosas y santas. Este paso haría que sus Hijos se convirtieran en dueños de la parroquia y del pueblo y tendrían en Italia, en su persona, un protector incansable y un Hijo afectísimo. Piénselo, don Bosco, y recuerde que todos los sacrificios mencionados y no mencionados, todos fueron a costa de Ceccarelli. Piense en ello, porque yo creo ha llegado 1 Son monjas italianas de la Misericordia, para las cuales había fundado el Dr. Ceccarelli una casa en su parroquia. (**Es12.525**))
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