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((**Es12.470**) en este pequeño retazo de tiempo se puede hacer una obra buena, y así adquirir a Dios y ganar el paraíso. Mañana empieza la novena de Todos los Santos: procuren todos hacerla bien y propónganse para este año estas dos cosas: una, huir toda clase de pecado; la otra, evitar toda suerte de pensamientos y conversaciones contra la santa virtud de la modestia. Que este propósito sirva no sólo para este año, sino también para los que vengan después y para siempre. Y si queréis una práctica para esta novena, una florecilla apropiada para vosotros y que sirva también para todo el mes, y mejor aún para todo el año, os propongo hacer lo siguiente: libraos de decir ni una palabra en dialecto piamontés. Es una florella que no parece tenga alguna utilidad, pero os aprovechará mucho para aprender bien la lengua italiana. Destiérrese, pues, de entre vosotros, y no se oiga nunca a nadie pronunciar una sola palabra en piamontés. Hablad, jugad, trabajad, comed, bebed, dormid, todo en italiano. (Risas). Y si esta noche empieza alguno a roncar, que lo haga en italiano. (Más risas). Esta florecilla no pide penitencias difíciles, u otro sacrificio penoso; sólo se necesita un poco de vigilancia sobre sí mismo. Si a alguno le resulta muy difícil, mayor será la recompensa que le será preparada en el cielo. El Señor os bendiga, y buenas noches a todos. La novena de Todos los Santos le sugirió el tema para el día 27. Con mucha sencillez y eficacia les propuso el recuerdo de los tiempos de Domingo Savio y la comparación ((**It12.557**)) con los de entonces. La novena de Todos los Santos sigue adelante; sin embargo, todavía no he notado que os hayáis hecho muy buenos. No digo que aún no haya habido alguna mejoría, pero tampoco veo que se hayan hecho milagros. Recuerdo que algunos muchachos, como Domingo Savio, Magone, Besucco y otros, hacían estas novenas con empeño y fervor extraordinarios. No se podía desear más. No quiero decir que ahora se hagan mal; los hay buenos, pero no existe aquel entusiasmo. Reinaba entonces un ardor universal; teníamos sesenta o setenta muchachos y había sesenta o setenta comuniones. Que >>de dónde viene esto? diréis. >>Viene, tal vez, de que el pobre don Bosco ya no habla a sus muchachos y no sabe hacerse comprender como entonces, o de que vosotros no le comprendéis o no le queréis entender como lo entendían aquellos antiguos jovencitos? Venga ello de una parte, venga de la otra o venga un poco de las dos, ahora no me interesa saberlo. Pero lo que debe tener más importancia es que os hagáis cada vez mejores. Todavía hay tiempo. >>Habéis visto los haces de leña seca colocados uno sobre otro? Si se enciende uno, se encienden los demás y arden todos. Así podéis hacer vosotros. Durante esta novena uno tiene que servir de estímulo al otro para hacer el bien. Al encenderse una cerilla la llama puede prender un pajar y hacer un gran incendio. Así, bastaría que uno quisiera de veras hacerse santo para inflamar a los demás con el buen ejemplo y con los santos consejos. >>Y si todos os comprometierais a ello? íSería una fortuna! Piensen todos en el paraíso, donde ya se tienen hermanos, hermanas, amigos, compañeros, superiores o inferiores y algunos el padre, la madre disfrutando el premio de sus virtudes. Ellos eran de carne y hueso como nosotros, y, tal vez, no se encontraron alejados de los peligros como nosotros, no tuvieron comodidad como nosotros para practicar la religión, ni la facilidad que nosotros tenemos para purificar la propia (**Es12.470**))
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