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((**Es12.356**) En aquella circunstancia visito don Bosco el pueblo de Lu, en donde un santo párroco difundía las Lecturas Católicas y el Siervo de Dios era muy conocido. A primeros del mes una joven madre de familia, Isabel Grossetti, desahuciada ya por los famosos médicos llamados a consulta desde la ciudad, después de recurrir a María Auxiliadora y a las oraciones de don Bosco, entrada ya en agonía, con estupor de todos había vuelto de la muerte a la vida 1. Por consiguiente, don Bosco fue recibido con entusiasmo y algunas familias se disputaron el honor de ofrecerle hospedaje; pero él había prometido ir a comer a casa de los Rota. Entonces las mismas familias, puestas de acuerdo entre sí, enviaron cada una un plato preparado en su propia casa. Lo mismo que había hecho en Borgo S. Martino, lo repitió en Lanzo: avisó de antemano con una carta y después dio audiencia particular a los <>, esto es, a los alumnos del cuarto y quinto curso del bachillerato. Esto fue el 26 de junio; las memorias del tiempo quedaron mudas sobre lo demás. El colegio de Valsálice logra también que este año se hable de él por un incidente ocurrido en la fiesta de san Luis. El Director invitó a monseñor Manacorda, Obispo de Fossano, para celebrar en el colegio las funciones solemnes. Nada más enterarse, el Arzobispo de Turín mandó a su secretario que escribiera una carta de reprobación a don Francisco Dalmazzo, ((**It12.417**)) invitándole a dar explicaciones y pedir disculpa por la infracción de las leyes canónicas. Don Francisco Dalmazzo informó de ello inmediatamente al Obispo, expresándole su propio pesar de que ello hubiese acarreado a Su Excelencia algún disgusto. Monseñor Manacorda, que era un hombre de gran sinceridad, se apresuró a asegurarlo contra cualquier eventualidad, pues él se sentía en su buen derecho; a cuyo propósito le citaba la autoridad de grandes canonistas y la autorización, que los Obispos subalpinos se habían concedido recíprocamente, para pontificar libremente en las diócesis de los otros 2. No conocemos ulteriores consecuencias del hecho. Esto sucedió cuando se discutía acaloradamente la gran cuestión sobre el manual de los Cooperadores Salesianos 3. Y ahora volvamos a Lanzo en razón de un acontecimiento que tuvo su momento de celebridad, como veremos en el resto de este capítulo y también más adelante. 1 J. B. LEMOYNE. El Arca de la alianza, pág. 11; S. Pier d'Arena Tip. Sal. 1879. Por esta relación sabemos que el Beato encontró y bendijo a la agraciada sólo en el agosto siguiente, durante una segunda visita a Lu, de la cual ignoramos más detalles. 2 Véase Apéndice, doc. 40. 3 Véase Volumen XI, pág. 73. (**Es12.356**))
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