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((**Es12.328**) en ella la templanza. Creo que dentro de unos cincuenta años contará con diez mil socios. íPero!... Veo también una tendencia tan pronunciada a la comodidad, que me asusta. Cuando comencé a fundar los Oratorios y la Congregación, me encontraba solo; y, sin embargo, se llegaba a todo. Ahora se divide y subdivide el trabajo. Desde luego, el trabajo ha aumentado inmensamente y el que echa manos a la obra es, las más de las veces, joven e inexperto todavía y de ordinario tiene que estudiar, pues aún tiene que dar el examen de confesión... íPero veo esa tendencia! También es cierta otra cosa; mientras vivan los que convivieron largo tiempo con don Bosco y vieron estos tiempos de la Congregación, las cosas marcharán bien. Después... pongamos nuestra confianza en el Señor. -Tres son las causas que echan abajo a las Congregaciones. La primera es la que acabamos de mencionar, el ocio, el poco trabajo. íEs realmente necesario que nos impongamos trabajos superiores a nuestras fuerzas, y así puede ser que se llegue a hacer todo lo que se puede! -La segunda causa es la exquisitez o abundancia de manjares y bebidas. íAy de nosotros, si se introdujese la costumbre de tener en la propia celda la botella, el licor, el bizcochito, el pastel!... íAy, si se comenzara en la mesa a querer esto, a buscar aquello! Por ese camino ya se ha andado mucho y esto me hace temer bastante. Se comienza por decir: -No debe faltar lo necesario. Después: -Convendría esto o aquello, porque siempre tenemos forasteros en la mesa. Se da ahora un pasito, luego otro, especialmente con respecto al vino. Se comprende que, después de haber comido y bebido bien, ((**It12.384**)) se necesita descansar. Descansará el cuerpo, pero no la imaginación, y las pasiones irán cobrando fuerza... -La tercera causa de la ruina puede llamarse egoísmo, espíritu de reforma, o murmuración, para mí es lo mismo. Cuando el inferior mira con malos ojos lo que hace el Superior, entonces se queja, sugiere hacer de otro modo, quiere que se tomen disposiciones como a él le gustan... Y digo inferior, mas no para indicar un novicio o quien no interviene en los asuntos, sino que quiero aludir a superiores subalternos. No olvidéis que, si se introduce entre nosotros un poco de división, la Congregación ya no marchará bien. Unidos, formando un solo corazón, se hará un trabajo diez veces mayor y se trabajará mejor. Cuando el Beato estimulaba al trabajo, no olvidaba la necesidad del descanso en los suyos. A mediados de agosto volvieron al Oratorio catorce clérigos que habían ido a Pinerolo a examinarse de magisterio, (**Es12.328**))
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