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((**Es12.164**) y me gustaría recibirla para saber cómo conducirme, pues querría escribir al Padre Santo sobre el Particular. >>Mañana irá a Roma don Bosco para este asunto...>>. El favor de Pío IX, en que confiaba don Celestino Durando, no era imaginario. Además de lo que anteriormente se ha dicho, puede deducirse también del testimonio de monseñor Andrés Scotton. En una audiencia privada, hablóle el Papa largo rato de los asuntos salesianos y de la lastimosa discordia, y entre otras cosas, mencionando los esfuerzos de monseñor Gastaldi por un reflorecimiento del <>, dijo estas precisas palabras. -Es verdad, realmente los Rosminianos hacen mucho bien; pero, créame, amigo mío, no son afectos a la Santa Sede como lo son don Bosco y sus sacerdotes 1. Por aquellos días monseñor Gastaldi acarició la idea que le vino a la mente de escribir al Papa diciéndole que tenia pensado renunciar al Epíscopado 2. Contestóle el Papa que no se lo aconsejaba; que lo pensase bien, que se aconsejase y rezara antes de tomar una resolución. En la misma carta se quejaba de que el Papa no le quería. -Yo no sé qué puedo haberle hecho al Arzobispo de Turín, dijo Pío IX a monseñor ((**It12.186**)) Sbarretti, como no sea el haberle escrito diciéndole que fuera más despacio en suspender. El mismo Secretario de Obispos y Regulares observó al secretario de don Bosco: -Por eso el Papa concedió a don Bosco la facultad que pide, ad tempus, para tres años en Italia y para cinco en el extranjero, pero sin formular el Rescripto, primero porque las Congregaciones están todavía cerradas durante las fiestas pascuales, después para que el Arzobispo no lo llegue a saber; sírvanse de ella tal como yo lo he firmado. La facultad, a la que aquí se alude es la del extra tempora. Con mayores cautelas todavía y por el mismo motivo se le concedió el privilegio de la dispensa de las testimoniales, de lo que volveremos a hablar pronto. Precisamente entonces se enteró don Bosco del generoso intento de monseñor Galletti, obispo de Alba, para apaciguar a monseñor Gastaldi. Sin duda debióselo decir el mismo buen Prelado, al verse obligado a dar razón de una recusación suya. Nos parece que su carta tiene alguna importancia, y por eso la presentamos al lector. 1 Carta de don Celestino Durando a don Miguel Rúa, 2 de mayo de 1876. 2 Apéndice, doc. 9. (**Es12.164**))
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