Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es12.146**) El lunes santo por la mañana pidió audiencia pontificia. Durante los días de espera don Bosco encontró tiempo para escribir algunas peticiones a presentar al Padre Santo. El no olvidaba nunca a los bienhechores de sus instituciones; por esto, ya que se encontraba en Roma, quiso obtener del Papa indulgencias o favores espirituales, como testimonio de gratitud para sus amigos de América y de Italia. Escribió, pues, ante todo una súplica en favor del señor Benítez y de don Pedro Ceccarelli. Beatísimo Padre: El sacerdote Juan Bosco, humildemente postrado a sus pies, tiene el alto honor de presentar a la alta Clemencia de S. S., a dos beneméritos católicos de la República Argentina: Francisco José Benítez y el doctor Pedro Juan Bautista Ceccarelli. El señor Benítez, hombre muy versado en las ciencias sagradas y profanas, con ochenta y un años de edad, sigue trabajando incansablemente. Y dedica sus cuantiosos haberes al bien de la religión, que practica ejemplarmente. Siempre bien dispuesto a toda obra de caridad, promovió la ida de los Salesianos a aquel país y, con grandes gastos, hizo construir un colegio e iglesia en San Nicolás de los Arroyos, proporcionó el mobiliario necesario y sostiene a los siete misioneros salesianos, que tienen a su cargo la educación de los alumnos internos y externos del colegio. Adicto como es a la Santa Sede, especialmente a la sagrada y augusta persona del Romano Pontífice, recibiría en su vejez el mayor de los consuelos, si fuese honrado con el título de Comendador de la Orden, que a S. S., mejor pareciere. El doctor Pedro Juan Bautista Ceccarelli, sacerdote italiano, hizo los estudios en Roma y se trasladó a Argentina como misionero; es actualmente párroco y vicario foráneo de la única y muy populosa parroquia de San Nicolás. Por su iniciativa y a sus expensas se fundaron y funcionan normalmente varias escuelas y hospicios que él sostiene con mucho celo. El mismo ((**It12.165**)) inició las gestiones para la ida de los Salesianos a San Nicolás; a su cargo estuvieron las negociaciones con las Autoridades municipales estatales y eclesiásticas. Su Arzobispo, León Federico Aneyros, alaba encarecidamente su actuación. Por su especial solicitud se confió la iglesia de la Misericordia en Buenos Aires al cuidado de los Salesianos y tres de ellos ejercen allí el sagrado ministerio. Trabajó con mucho celo para que se entregara a los mismos Salesianos el usufructo perpetuo del Colegio, de la iglesia pública para adultos y particularmente para la juventud de San Nicolás que está muy necesitada de educación e instrucción cristiana. Ahora, cual padre amoroso, sigue asistiendo a los misioneros salesianos y con ellos trabaja para fundar un colegio próximo a las tribus salvajes, para abrirse de este modo camino de penetración en Patagonia, objeto principal de la Misión Salesiana. Para este digno Sacerdote suplico que S. S. se digne concederle la dignidad de Capellán o Camarero de honor o cualquier otra que fuere del agrado de S. S. Estos dos documentos de Soberana Clemencia servirán ciertamente para animar a estos dos celosos católicos a perseverar en su trabajo en favor de la Religión y a ser en adelante constantes protectores de la Congregación Salesiana. (**Es12.146**))
<Anterior: 12. 145><Siguiente: 12. 147>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com