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((**Es12.119**) A costa de repetir cosas ya mencionadas en el volumen anterior, transcribiremos aquí una nota de la crónica, que se refiere a la ausencia de don Bosco del Oratorio durante su gira por la región de Liguria y más allá: <>. íCuánto sentimos ignorar lo que hizo y dijo al visitar las otras casas de Liguria! Suplan este silencio, siquiera en parte, las <>, que dirigió a los muchachos del Oratorio tres días después de su regreso. Al verlo entrar, aquellos buenos chicos le tributaron una calurosa ovación. -íBuenas noches! íBuenas noches!, exclamó él sonriendo. -íGracias! íGracias!, gritaron todos a la par con una nueva salva de aplausos. Siempre que hablaba don Bosco, si alguien había encontrado algún objeto, se lo presentaba antes de la platiquita, para ((**It12.131**)) que invitara a recogerlo a quien lo hubiera perdido. Aquel día un muchacho le presentó un lápiz encarnado, que había encontrado en el patio. Don Bosco anunció: -íUn lápiz encarnado! Pido tres liras. >>Quién lo quiere? Después de una carcajada general, el Siervo de Dios comenzó: Queridos hijos míos, he estado estos días visitando nuestros colegios de Liguria. íCuánto trabajo en todas partes! íHay mucho, muchísimo bien que hacer! Y uno ya no sabe cómo salir de apuros; en todas partes piden auxilio y refuerzos. Al ver esto, iba yo diciendo para mis adentros: -Si todos nuestros queridos muchachos del Oratorio fueran sacerdotes capaces de realizar grandes trabajos, y verdaderos operarios evangélicos, habría puestos y tarea para todos. Os lo aseguro, queridos míos, no me encontraría apurado para emplearos a todos. Mirad cómo bendice el Señor nuestros trabajos. Visteis cómo hace poco más de un mes salieron del Oratorio el padre Cibrario, el clérigo Cerruti y el coadjutor Martino para ir a Bordighera, población atestada de protestantes. >>Qué podrían hacer tres individuos solos, mejor dicho, dos, un sacerdote y un clérigo? Hacía sólo dos semanas que habían abierto las escuelas, cuando yo fui allá. Hay unas cien niñas en las escuelas de las hermanas y casi otros tantos muchachos en la escuela del clérigo Cerruti; casi todos ellos iban antes a las escuelas de los (**Es12.119**))
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