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((**Es12.110**) El señor Obispo añadirá sin duda algo, pero ya le escribiré yo a su tiempo. 3.° Mientras tanto, declárense bien las cosas, estipúlese el contrato fijando unos dos meses para firmar la escritura. A fines de este mes voy a Roma y desde allí haré lo que pueda. Quince días antes de la fecha fijada para firmar la escritura me escribirás diciendo el dinero que aun os falta y procurare enviároslo haciendo un préstamo en Turín. Dios quiere esta obra y no podemos negarnos a ella sin ofender su santo querer, mientras que, si cooperamos, estamos seguros del éxito. Pero es preciso decir que el demonio meterá el rabo y nosotros nos pondremos de acuerdo para contárselo. Convendrá también comunicar el asunto al Obispo, mas sin pedirle nada. Saluda a los señores mencionados; recemos con fe y no nos faltará el auxilio del Señor. Dios nos bendiga a todos; créeme en Jesucristo (sin fecha) Afmo. amigo JUAN BOSCO, Pbro. El Beato se apresuró también a notificar al Director las gracias espirituales, concedidas por el Papa a los bienhechores de las ((**It12.121**)) obras salesianas, reservándose comunicarle más tarde, tal vez desde Roma, otros favores individuales concedidos para las personas más beneméritas. Queridísimo Ronchail: Te envío parte de los favores concedidos por el Padre Santo a nuestros bienhechores, para que puedan comenzar a usufructuarlos. Rabagliati sabrá decir las palabras que deben escribirse en cada folio. Pronto te enviaré las otras gracias espirituales; pero empieza a repartir éstos y di a todos que necesitamos su caridad. >>No han hecho nada el canónigo Daidero, el señor Pirone, el señor Dellepiane, etc.? Estos días pasados no he podido ocuparme del dinero para la nueva compra. El lunes empezaré de firme. Pero tú búscalo donde lo haya o haz que te lo den a la fuerza. >>Qué dicen a esto el Barón y el señor Audoli? (El original de don Bosco no lleva firma) Al poco tiempo necesitó don José Ronchail consejo sobre un asunto delicado, que turbaba la paz de la diócesis. En un lugar apartado y aislado se levantaba un santuario, denominado el Laghetto, que era meta de frecuentes peregrinaciones de devotos. El Obispo, como ya vimos 1, hubiera querido confiarlo a los Salesianos; pero a don Bosco 1 Véase vol. XI, pág. 363. (**Es12.110**))
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