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((**Es12.106**) convierten en apoyo de la sociedad, mientras que, abandonados a sí mismos, privados de los socorros de esta Madre, no se resignan de ningún modo al estado en que la Providencia los ha colocado y, en vez de considerar en el rico a un hermano y un bienhechor, lo consideran como un tirano, y de este modo son arrastrados al comunismo. La emoción que su palabra produjo fue tal, que las limosnas entregadas alcanzaron la suma de cuatro mil quinientos francos. Los diarios franceses e italianos se ocuparon del caso mezclando los elogios al conferenciante con las alabanzas al <> 1. El efecto de tan gran publicidad fue una lluvia de peticiones formales de diversas partes de Francia, como Lyon, París, Annecy; pero donde más surgió y fue tomando cuerpo la idea de una casa Salesiana fue en Marsella. El Obispo de Aix envió expresamente ((**It12.116**)) una persona de su confianza para hablar con don Bosco y obtener una fundación en su diócesis. Don Bosco contestaba a todos que las propuestas estaban de acuerdo con sus intenciones; que las aceptaba de muy buen grado; pero que no tenía personal suficiente y, por tanto, de momento convenía diferirlas; mientras tanto, consideraría lo que se debía hacer. >>Asistió el Beato a la conferencia? Sin duda. Pero se cuenta que, mientras los oyentes admiraban los prodigios de su caridad, él dormía tranquilamente: ítan seguro estaba de la divina Providencia! El mismo manifestó abiertamente esta confianza en dos circunstancias particulares, que nos permiten conocer cada vez mejor al hombre de Dios. El notario Sajetto, que prestaba gratuitamente sus servicios, le hizo patente que los derechos gubernativos del registro de la escritura importaban más de seis mil francos; y don Bosco le contestó que, como no tenía más que los cuatro mil francos de la colecta, se resignaba a apalabrar la compra. Entonces el presidente de la Sociedad de San Vicente, viendo simplemente en esto un acto de inconsiderada temeridad, no se contuvo y le dijo que aquello era una locura. -íHombre de poca fe!, le contestó don Bosco; ya verá usted como, dentro de tres meses, encontraremos más de dieciocho mil francos aquí mismo y se podrá firmar el contrato. Escriba ante todo a Pío IX: su nombre a la cabeza de la suscripción, dará el golpe. Se aceptó su consejo y, en efecto, Su Santidad envió enseguida por medio del cardenal Antonelli dos mil francos 2. Después, el Consejo general de la Sociedad de San Vicente entregó mil; monseñor Solá 1 Semaine Religieuse de Niza, domingo 27 de febrero de 1876. 2 Véase, Apéndice, doc. 6. (**Es12.106**))
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