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((**Es11.57**) Cuando don Bosco se enteró de lo ocurrido reprendió al Director de estudios, en presencia de otros sacerdotes y con cierta energía, diciéndole: -Si se hubiese cumplido la obediencia, no habría sobrevenido este contratiempo; y si se hubiesen preparado los ánimos de los jóvenes para la comprensión de este texto, de la forma que yo había dispuesto, todo hubiera salido mejor. Su sugerencia había sido la de que, al principio, para no desanimar a los más atrasados, se les presentara el paso a Cornelio Nepote en estos términos: -Hasta ahora habéis traducido el Epítome gramatical y habéis estudiado muchos capítulos; ahora hay que dar un paso hacia adelante y meterse con Cornelio, como se hace en el gimnasio. Además, junto a vosotros, estarán los del curso superior, pero iréis adelante todos con el mismo autor. El Director de estudios intentó dar una explicación, observando que algunos ya habían traducido a Cornelio. Pero don Bosco cortó resueltamente: -No es esta la cuestión: la cuestión es que habíamos quedado en eso; íla obediencia pedía que así se hiciera! Ante el apuro que ocasionó el incidente, uno de los presentes quiso cambiar de conversación; pero hubo quien intervino ((**It11.59**)) diciendo que los tres que habían dejado la escuela de fuego para volverse a su clase eran muchachos muy buenos. -Yo no cuento ya con esos tres jóvenes, interrumpió don Bosco. No me atrevo a darles ningún consejo, ni dirección. Se han vuelto atrás de un compromiso adquirido... Pero la mirada de don Bosco iba más allá del alcance de sus palabras, como si quisiera significar que la responsabilidad de lo ocurrido caía en buena parte, si no del todo, sobre el Director de estudios 1. Es una lección que lleva nuestro pensamiento al santo Patrono de los Salesianos. Un acto que, en materia de obediencia no constituía ni culpa venial, sino que se reducía a una simple imperfección, le costó a santa Francisca de Chantal una reprensión tan severa y tan solemne por parte de su santo Director, que todavía se recuerda el lugar donde éste se la impuso, y aún hoy se señala y respeta con temor reverencial. El indulgente san Francisco de Sales medía las exigencias de su dirección espiritual según las condiciones individuales de las almas que él guiaba por el camino de la perfección; y, por eso, con las almas llamadas 1 Crónica citada, 27 de marzo de 1876.(**Es11.57**))
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