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((**Es11.473**) Ahora bien, como nuestra humilde Sociedad tiene el mismo fin y casi la misma mies evangélica señalados por sus Constituciones que las ya encomiadas Congregaciones, se piden humildemente sus mismos privilegios. Y se pueden además añadir algunas peculiaridades suyas que conviene anotar: 1. La naturaleza de la Congregación, que por estar desprovista de todo recurso material, necesita de la ayuda de especiales privilegios para que, en medio de tantas tempestades de los tiempos, pueda consolidarse y mantenerse. 2. La multitud de Socios, Alumnos, Colegios y Hospicios, cuyos Rectores han de acudir a la Santa Sede por nuevos casos y dudas graves que provienen de las dificultades que en la correspondencia con los distintos Ordinarios de los lugares se suscitan casi por igual. 3. Las Misiones en lugares distantes, ya aceptadas, y las varias casas de cuya apertura allí se trata, hacen muy difícil el recurso frecuente al Romano Pontífice, para conseguir las oportunas facultades. 4. Las circunstancias especiales de los lugares y de los tiempos, que parecen aconsejar que prudentemente se haga mucho, pero que no se publique (multa facere sed non patefacere). Simplemente anotadas estas cosas, todos los Salesianos de rodillas a Tus pies, Beatísimo Padre, suplicantes te pedimos que concedas por comunicación a nuestra Congregación las facultades, privilegios y gracias espirituales que gozan otras Congregaciones y nominalmente la Congregación del Santísimo Redentor, esto es: como si le fueran concedidas especial y expresamente y de igual forma e igual equiparada a la Congregación Salesiana y expresadas palabra por palabra y con idéntica intención. Por medio de esta comunicación, Beatísimo Padre, ya tiene la Sociedad Salesiana un camino expedito y seguro a seguir: los Ordinarios de los lugares conocerán todos los privilegios de que goza, especialmente en las Misiones que hemos de aceptar y en las casas que hemos de abrir en regiones distantes. Mientras todos a una pedimos esto, con todo el corazón elevamos a Dios nuestras súplicas para que Tú, Beatísimo Padre, nos concedas sólo lo que juzgues que será mejor en el Señor, para utilidad nuestra y provecho de las almas. JUAN BOSCO, Pbro. ((**It11.564**)) 17 MONSEÑOR FRATEJACCI A DON BOSCO Veneradísimo y queridísimo don Bosco: Al mediodía de hoy se ha levantado la sesión de la Comisión de los cardenales Patrizzi, Bizzarri, De-Luca y Martinelli, reunida desde las nueve para discutir la instancia de don Bosco, y presente el Secretario monseñor Vitelleschi. Estaba yo en la antecámara del cardenal Patrizzi, por lo que pude acercarme al cardenal Martinelli en el momento de la salida y enterarme en breves palabras del resultado de la reunión. Pero, no satisfecho con ello, he pedido audiencia al Cardenal Vicario, a quien llegué el primero después de esta reunión; le referí brevemente un asunto de mi incumbencia y luego le pregunté por el resultado de la instancia de don Bosco. El amablemente (**Es11.473**))
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