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((**Es11.451**) III. Asociación Salesiana 1. Este piadoso Instituto, definitivamente aprobado por la Iglesia, parece que puede ser propuesto como vínculo estable de unión. 2. Su fin principal es establecer una forma de vivir como ((**It11.537**)) buen cristiano que sinceramente desea salvar la propia alma y conseguir, al mismo tiempo, para su corazón esa paz que en vano se busca en el mundo. Ciertamente muchos se retirarían de buena gana a un claustro; pero unos por su edad, otros por su salud o condición de vida, no pueden de ningún modo hacerlo. También éstos en medio de sus ordinarias ocupaciones, en el seno de la propia familia pueden unirse a los que, de hecho, viven en la Congregación, gracias a esta asociación. Por tanto, ésta podría considerarse como una especie de las antiguas Ordenes Terceras, con la diferencia de que aquéllas se proponían la propia perfección cristiana con el ejercicio de la piedad; y aquí se tiene como fin principal la vida activa en el ejercicio de la caridad con el prójimo y especialmente con la juventud en peligro. Esto constituye el fin específico de la Asociación. IV. Manera de cooperar Los asociados salesianos no deben limitarse a palabras, sino que deben llegar a las obras. Hagan, pues, consistir su celo en cultivar señaladamente la mies de la Congregación, a la que se quieren asociar. 1. Sea, por tanto, actividad del asociado promover novenas, triduos, ejercicios espirituales y catequesis, especialmente en aquellos lugares donde faltan medios materiales y morales. 2. Y como en estos tiempos se hace sentir gravemente la penuria de vocaciones para el estado eclesiástico, los que se hallen en condiciones, cuídense de los jovencitos que, dotados de las necesarias cualidades morales y con aptitud para los estudios, diesen indicios de estar llamados, ayudándoles con buenos consejos y encaminándoles a aquellas escuelas y colegios en los que pueden ser atendidos y dirigidos a este fin. 3. Oponer la buena prensa a la irreligiosa, con la difusión de libros buenos, hojas, folletos, impresos de todo género en aquellos lugares y entre aquellas familias que se considere prudente hacerlo. 4. Por fin, la caridad de los muchachos en peligro: recogerlos, instruirlos en la fe, dirigirlos a las funciones sagradas, aconsejarlos en los peligros, conducirlos a donde puedan ser instruidos en la Religión, constituyen la mies en la que se invita al asociado a ejercitar su celo. El que no pueda prestar estas obras por sí mismo, podría hacerlo por medio de otros, como sería animar a un pariente o amigo a que le ayude. Se puede cooperar con la oración o proporcionando medios materiales, en donde fuere menester. Los fieles primitivos llevaban sus riquezas a los pies de los apóstoles, para que se sirvieran de ellas en favor de las viudas, de los huérfanos y de otras graves necesidades. ((**It11.538**)) V. Constitución y gobierno de la Asociación 1. Pueden inscribirse en esta Asociación todos los que han cumplido dieciséis años, con tal de que tengan firme voluntad de conformarse con las reglas establecidas en ella. 2. La Asociación esta humildemente recomendada a la benevolencia y protección del Sumo Pontífice, de los Obispos y de los Parrocos, de los cuales dependera absoluta e ilimitadamente en todo lo que se refiere a la religión. (**Es11.451**))
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