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((**Es11.40**) obstáculos y oposiciones; ya me entiende usted bien. Reflexione, pues, coram Domino quid magis expediat (ante el Señor qué es lo que más conviene). Considere estas mis palabras como una reflexión privada por mi parte y no bajo ningún otro aspecto>>. Los hechos no tardaron en justificar esas prevenciones. En cuanto don Bosco obtuvo la bendición del Papa y las cartas comendaticias de doce obispos, se creyó con derecho para dar publicidad a su proyecto por medio de la prensa. Con tal fin dio un retoque al programa que ya conocemos, lo amplió, lo precisó mejor y comunicó la otorgada bendición pontificia, señalando las indulgencias que se podrían lucrar en lo sucesivo 1; después se dirigió al censor eclesiástico en demanda del non obstat, con el ruego de comunicárselo también al Ordinario. Ocho días tardó en llegar la respuesta; íy vaya respuesta! Decía en ella que, en asunto de tanta importancia debía él dirigirse personalmente a Monseñor; que suspendiese entre tanto toda publicación sobre el asunto, ya que S. E. preveía la necesidad de interrogar a los Obispos de las dos provincias eclesiásticas de Turín y de Vercelli y quizá también al de Génova 2. Habiéndole resultado infructuoso su intento de conseguir una audiencia, don Bosco insistió desde el principio por carta, explicando que la Obra de María Auxiliadora no constituía ninguna novedad, sino que era un simple desarrollo y sistematización de algo ya existente en el Oratorio de forma rudimentaria y que no se oponía a la condición creada con la aprobación de las Reglas, y que únicamente solicitaba el permiso de imprenta. En la carta de respuesta llegada de la Curia, se remachaba el clavo y se agregaba cuanto se deduce de la siguiente carta: Carísimo teólogo Chiuso: Te suplico digas a S. E. Rvma. nuestro Arzobispo, que aún no tengo decreto ni rescripto alguno con las indulgencias, en favor de la proyectada Obra de María Auxiliadora. El Padre Santo las ha concedido ya, ((**It11.39**)) pero desea que no se n hasta que no haya comenzado la Obra, y que se comuniquen solamente a los que hayan tomado parte en ella. Tal dijo en persona y además por medio de monseñor Vitelleschi: pero, antes de imprimir nada, consideraré como un estricto deber presentarlo a S. E. Rvma., para que haga las observaciones o modificaciones que considere oportuno. 1 Véase: Apéndice, documento núm. 2. 2 Carta del secretario teólogo Chiuso, del 29 de julio de 1875.(**Es11.40**))
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