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((**Es11.348**) la noche del 10 de diciembre. Expresó así su idea: <>. Por eso, a veces, cuando oía propuestas importantes y de difícil actuación, respondía: -íSí!... Pero falta una cosa. ->>Y cuál? -íEl tiempo! La vida es demasiado corta. Hay que hacer deprisa lo poco que se pueda, antes de que nos sorprenda la muerte. Esta es la explicación de por qué, a pesar de la penuria del personal, siempre estaba planeando nuevas empresas apostólicas y a gran escala. Don Joaquín Berto le vio contemplando fijamente unos mapas y estudiando las tierras que quería conquistar para el Evangelio. Y le oyó exclamar: -íQué día más precioso será aquél en que los misioneros Salesianos, Congo arriba, de estación en estación, se encuentren con sus hermanos, que habrán subido por el Nilo, y se estrechen la mano alabando al Señor! Don Francisco Dalmazzo declaró que él mismo le oyó exclamar varias veces: -Cuando nuestros misioneros vayan a evangelizar las distintas regiones de América, de Australia, ((**It11.410**)) de la India, de Egipto y de muchos otros sitios, íqué día tan hermoso será aquél! Yo los veo avanzar por Africa, por Asia y entrar en China. Precisamente en Pekín tendrán una casa. Siempre con el deseo de propagar la fe, hubiera querido sugerir al Papa que en las Letanías de los Santos agregara la petición: Ut bonos et dignos operarios in messem tuam mittere digneris. Te rogamus, audi nos. (Para que envíes buenos y dignos operarios a tu mies, Te rogamos, óyenos). Pero no se atrevió a hacer la propuesta. Hoy, aunque con otras palabras, es una realidad. (**Es11.348**))
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