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((**Es11.260**) ((**It11.303**)) <>. Creo que nunca hemos negado este derecho y ni en ésta ni en ninguna otra diócesis existe ningún colegio nuestro donde los alumnos vayan vestidos con habito clerical. <>. Si con ello se faltó en algo, la culpa es mía: pero no me sera imputada por el Señor, ya que se cometió por pura inadvertencia. Ese joven lo recibí yo como seglar y con recomendación de un pío y celoso sacerdote. Si se le impuso la sotana, fue por su petición de pertenecer a nuestra Congregación y valiéndome de las facultades que se me han concedido para admitir para la imposición de la sotana a él y a algún otro mas. S. E. misma tuvo la bondad de decirnos, ya varias veces, que no tiene ninguna dificultad en que admitamos jóvenes seglares y que después los inscribamos en nuestra Congregación. Con todo es oportuno le haga notar que, con el decreto de la aprobación definitiva de la Congregación Salesiana (1 de marzo de 1869) se nos concedió la facultad de otorgar las dimisorias a los jóvenes que, habiendo ingresado en nuestras casas antes de los catorce años, pidieran a su tiempo ingresar en la misma Congregación. Posteriormente, cuando (3 de abril de 1874) fueron aprobadas nuestras Constituciones, esta facultad se extendió también a los de mayor edad. Si preventivamente se concedió la facultad de las dimisorias a los internados en nuestra casa, no se necesita ningún otro permiso para ser aceptados en la Congregación. Así respondió repetidas veces monseñor Vitelleschi, de feliz memoria, después de haber hablado con quien era menester. <>. S. E. conoce mejor que yo que un Ordinario Diocesano no puede impedir que sus sacerdotes o clérigos vayan a inscribirse en una Congregación Eclesiastica y que hace poco tiempo (13 de enero de 1875) la sagrada Congregación de Obispos y Regulares declaró esto mismo, como es de creer le habra sido comunicado también a S. E. Pero, en los calamitosos tiempos en que vivimos, no se ha mirado tanto al derecho sino únicamente al bien de las almas. Apenas S. E. mostró su desaprobación por tal cosa, ya no se aceptó a ninguno mas. En conversación tenida en cierta ocasión con S. E., nombró a los dos clérigos Mundina y Macono, admitidos momentaneamente en una casa nuestra lejana. Y en el espacio de pocas semanas se les alejó a los dos. <>. Excelencia: no sólo yo, sino todos los Salesianos desean saber ((**It11.304**)) qué cartas, qué frases hayamos usado que sean irreverentes para el Arzobispo; desean saberlo para desdecirse, enmendarse y repararlas del modo mas formal. Tenemos frecuentes relaciones con mas de cuarenta Obispos y todos nos hacen de insignes bienhechores y padres; y, permita que lo diga, con ningún otro procuramos medir tanto las palabras y los escritos para evitar lo mas mínimo que pueda ocasionar disgusto. Estoy con ansias de saber detalles de tales afirmaciones para poderlas evitar en lo porvenir. <>. Ruégole de nuevo, Monseñor, me permita una súplica. Nuestra Congregación esta (**Es11.260**))
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