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((**Es11.257**) ->>Qué estáis pensando? Los que han sacrificado su vida por vuestro bien; aquellos que el Señor ha puesto para dirigiros; los que estarían dispuestos a dar su sangre para salvaros, si se presentara la necesidad, >>ésos van a odiaros? Creedlo, es imposible que esto suceda entre nosotros. Además, >>entrasteis en la Congregación para hacer vuestro capricho, para recibir halagos? Hay que saber soportar a su tiempo hasta el desprecio, por amor del Señor. >>Acaso no puede un superior aparentar exteriormente poco aprecio para corregir tu exagerado sentimentalismo o para probar tu fortaleza? Creedme, es un antiguo lazo el demonio, que presenta las apariencias de algo que casi nunca existe. >>No está contento de ti? Mira a ver si es por culpa tuya, porque no haces lo que podías y deberías hacer, o bien, si haces lo que es posible. En el primer caso debes enmendarte porque la culpa es tuya; >>cómo quieres que el Superior esté contento de ti, si no lo mereces? En el segundo caso piensa que no trabajas para agradar a los hombres, sino a Dios. Además, creédmelo, aquí la mayor parte también es hija de la imaginación. Cuando el superior no da muestras especiales de agradecimiento o no está para halagar, se dice muy pronto que no está contento. Con los niños se hace así; pero con los hombres hechos y derechos, no hace falta nada de esto; y los sensatos deben contentarse con las señales ordinarias de aprobación. -Yo no soy bueno para que la Congregación se aproveche de mí; no sé ganarme el pan: no valgo para la asistencia; para dar clase, mucho menos; y no tengo fuerzas para el trabajo. Voy a resultar un peso para la Congregación. ->>Sabéis quién sirve de peso a la Congregación? El que tiene habilidad pero no es obediente. Necesita que el superior busque las palabras más dulces para mandarle; de lo contrario ya sabe que no le obedecerá o lo hará de mala gana. El que no ama la pobreza y se lamenta de la comida, de la bebida o de la habitación. El que no guarda escrupulosamente la virtud de la castidad, sin la cual uno sólo puede ser culpable de la ruina de toda la Congregación. ((**It11.300**)) Si poseéis la virtud y os esforzáis por hacer el bien, nunca seréis carga para la Congregación. Y más aún, si los superiores ven vuestra poca habilidad, no os reciben. Desde el momento en que os aceptaron es que os consideraron hábiles, y este juicio les corresponde a ellos, no a vosotros. -El superior me creía con mayor virtud, cuando yo no poseo las virtudes necesarias para el estado religioso. -Si no tienes virtud suficiente para vivir en el estado religioso, donde los peligros quedan lejos, donde tienes tantos auxilios, donde puedes dedicarte a la oración y, por tanto, tener la gracia de Dios en abundancia, >>podrás vivir bien y ganarte el cielo, donde hay tantos peligros de lugares y compañeros, donde no podrás dedicarte casi nunca a la oración, por tu preocupación para buscar la comida? Además, la cuestión de la virtud está toda en manos de tu Director espiritual. Esfuérzate por hacer lo que puedas y no tengas miedo. Si tu virtud no es suficiente, te avisarán, y una de dos: o no te admitirán a la profesión o te rechazarán. Si los superiores no te dicen nada, puedes seguir adelante sin miedo. -Pero, puede decir alguno, parece que salir de la Congregación y condenarse sea lo mismo, y, por el contrario, me parece a mí que también en el mundo se puede vivir como buen cristiano, y hay algunos que salieron y llevan una vida mejor y más ordenada que cuando estaban en la Congregación. -Respondo: es verdad que, absolutamente hablando, fuera de la Congregación se puede vivir como buen cristiano, y también puede salvarse; pero, si me queréis creer, os diré con claridad que esto es más verdad teóricamente hablando que en la vida práctica. En realidad soy del parecer de que muy pocos de los que salen de una Congregación, a la que estaban afiliados, puedan salvarse. Primeramente porque, si (**Es11.257**))
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