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((**Es11.136**) usarlos en la iglesia o en la escuela; en vasos sagrados, ornamentos y cosas semejantes, tal y como su conocida caridad crea oportuno. El municipio de San Nicolás proporciona los locales para colegio e iglesia y costea el viaje de cinco misioneros. Los otros gastos preparatorios para el estudio de la lengua, el equipo personal, lo concerniente al viaje, ajuar y primera instalación, corren íntegramente a cargo de los Salesianos. La benevolencia y exquisita caridad que tuvo conmigo en otras ocasiones, ((**It11.153**)) me hacen abrigar la esperanza de que también al presente se dignará ser nuestro padre y protector. Los salesianos, por su parte, procurarán corresponder con vivo celo a los beneficios recibidos y recordarán con imborrable gratitud al que les proporcionó los medios eficaces para poder trasladarse a ejercer el ministerio evangélico en la República Argentina, desde donde, con el favor divino, esperan poder extenderse a otras naciones de América. Todos piden, además, de corazón al Señor que le colme con sus celestiales favores y le conceda largos años de vida feliz para bien de la Iglesia y de la sociedad civil, mientras, en nombre de todos, beso su sagrada púrpura y me profeso con la máxima veneración de V. E. Rvma. Muy agradecido y humilde servidor JUAN BOSCO, Pbro. La carta es del 31 de agosto, según se deduce por la respuesta del 14 de septiembre. Decíale en ella que se dirigiera al Cardenal Secretario de Estado, ya que la República Argentina dependía de la Congregación de Asuntos Eclesiásticos extraordinarios. A juzgar por la colección de documentos, no nos consta que don Bosco se dirigiera a él. Probablemente no lo hizo. Nuestra conjetura se funda en la circunstancia de que, precisamente por aquellos días, atravesaba una fase delicadísima el asunto de los privilegios y de las dimisorias, como veremos, y él no creería oportuno el momento para adelantar la petición. Las angustias que le causaron las cosas de Roma, tenían relación con las dificultades de Turín: unas y otras le producían tribulaciones a la par. Y con todo, con inconmovible serenidad de espíritu, procedía impávido hacia la finalidad prefijada de comenzar las misiones en América. Ni siquiera perdía su buen humor, como lo da a entender esta carta a su gran amigo y bienhechor don Miguel Angel Chiatellino. Muy querido amigo: Como es tiempo de vacaciones no tendrá mucho que hacer y quizá le haga bien el viajar; confíole, pues, en nombre de María Auxiliadora, la empresa de nuestros (**Es11.136**))
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