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((**Es11.131**) impedir o retardar la partida de los misioneros. Pero este contratiempo no se verificó. Así estaban las cosas cuando el 12 de mayo subió don Bosco a la tribuna de las buenas noches, bajo el pórtico, y comenzó a decir: -<>. -íPor fin!, se oyó gritar por todas partes. Un profundo silencio apagó las voces, y una viva expectación avivó los oídos. Don Bosco prosiguió: ((**It11.147**)) <>Enseguida me respondió que estaba conforme con todas las condiciones señaladas y que, desde aquel momento, ponía a nuestra disposición el colegio, mas un terreno capaz para pastorear ocho mil ovejas, y huerta, campos de deportes, etc. Veis, pues, que en aquel país habrá trabajo para toda clase de personas. Se necesitan predicadores, porque hay iglesias públicas que administrar; hacen falta profesores para las escuelas; se requieren músicos y cantores porque allí les gusta mucho la música; y se precisa quien conduzca las ovejas a los pastos, las esquile, las ordeñe y haga el queso, y, por fin, hacen falta personas para todos los quehaceres de la casa. Y lo que es mas importante de todo, queridos jóvenes, no muy lejos de San Nicolas comienzan las tierras donde habitan las tribus salvajes que son, sin embargo, de muy buena índole y muchos de ellos se sienten dispuestos a abrazar el cristianismo, con tal de que vaya alguno a enseñárselo. Mas, por ahora, no encuentran este misionero y por eso viven en la idolatría. Llenémonos, pues, de valor y busquemos todas las formas para prepararnos a ir a hacer el bien por aquellas tierras. >>Mientras tanto, en estos días se elegirá a los que han de ir, los cuales se dedicaran a aprender la lengua española, que es la que se habla en la República Argentina. No hay que temer la distancia de aquellas tierras porque, hoy en día, las grandes distancias se acortan con las maquinas a vapor y los telégrafos>>. Estas palabras evidencian que el ideal de don Bosco era la evangelización de los infieles: sólo que él abrigaba la idea de seguir un camino distinto del que hasta entonces se había seguido. Otros misioneros, por haber querido penetrar directamente en las tribus salvajes, habían encontrado allí la muerte a mano de los indígenas. El, pues, consideraba más acertado establecer colegios y hospicios en zonas limítrofes y recibir en ellos a los hijos de la floresta para conocer la lengua, usos y costumbres de los indios y así establecer poquito a poco relaciones (**Es11.131**))
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