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((**Es10.975**) >>Tampoco puedo dejar de exhortaros al trabajo: por mi parte emplearé el resto de mi vida únicamente para el bien de los jóvenes, pues todos vosotros sabéis que yo debía haber ido a la eternidad a los cincuenta años, pero los muchachos rezaron y lograron que se prolongara mi tránsito. Agradezco al Señor esta gracia y dedicaré esta vida al bien de los que me la han obtenido de Dios. Haced vosotros otro tanto, porque messis quidem multa, operarii autem pauci>>. El Santo habló también detalladamente sobre el teatro. No es menester añadir ni una sílaba para ilustrar sus recomendaciones, claras y explícitas. Precisamente aquel mismo año publicó y distribuyó a las casas, en un pliego de cuatro paginitas, este REGLAMENTO PARA EL TEATRO 1 1. La finalidad del teatro es alegrar, educar, e instruir moralmente a los muchachos lo más posible. 2. Nómbrese a uno jefe del teatro, el cual debe informar, vez por vez, al Director de la Casa de lo que se quiere representar, del día a señalar y determinar con él mismo, tanto para la elección de las obras como para la de los jóvenes que han de salir a escena. 3. Entre los jóvenes a designar para la representación, prefiéranse los de mejor ((**It10.1060**)) conducta, los cuales, para común estímulo, serán substituidos, de vez en cuando, por otros compañeros. 4. Los que ya son cantores o tocan en la banda de música procuren mantenerse ajenos a la representación; pero podrán declamar alguna poesía u otra cosa en los entreactos. 5. Por cuanto sea posible, no trabajen como actores los jefes de taller. 6. Procure que las obras sean amenas y aptas para recrear y divertir, pero sean siempre instructivas, morales y breves. Las obras demasiado largas, aparte del mayor trabajo y tiempo para los ensayos, generalmente cansan al auditorio, merman el mérito de la representación y causan hastío hasta de las cosas apreciables. 7. Evítense las obras que representan sucesos crueles. Se tolera una escena seria, pero exclúyanse las expresiones poco cristianas y los vocablos, que, dichos en otro lugar, resultarían groseros y plebeyos. 8. El jefe asista siempre a los ensayos y, cuando se hagan por la noche, no duren más allá de las diez. Terminado el ensayo, vigile para que, en silencio, vayan todos inmediatamente a descansar, sin entretenerse en charlas, generalmente nocivas, y que molestan a los que ya están durmiendo. 9. Cuide el jefe de hacer preparar el escenario la víspera de la presentación para que no haya que trabajar en día festivo. 10. Sea riguroso en adoptar un vestuario decente y poco costoso. 1 Este mismo reglamento, casi a la letra, fue introducido, después, en el Reglamento para las Casas de la Sociedad de San Francisco de Sales, publicado por la Tipografía Salesiana en 1877, (ver Cap. XVI) y en las Deliberaciones del Capítulo General de la Pía Sociedad Salesiana celebrado en Lanzo en septiembre de 1877 (pág. 56). (**Es10.975**))
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