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((**Es10.946**) En 1871, hacia el mes de junio, presentose de nuevo al Santo diciéndole claramente que había llegado el momento de salir de nuestras casas, y que tuviese la bondad de buscarle un puesto para maestro en un colegio, como le había prometido. Don Bosco le miró fijamente y exclamó: -Así, >>quieres dejarme?... Y rompió a llorar. -Usted sabe muy bien, insistió Tamietti, que jamás le he engañado sobre el particular; creo, por tanto, que no le ofendo con mi declaración. -Bien, replicó don Bosco, ídeja el asunto en mis manos! El Santo estaba convencido de que no le abandonaría. Sin embargo, tal y como le había prometido, buscóle una plaza en el Colegio de Valsálice, que todavía no había sido confiado a la Pía Sociedad. Lo recomendó al profesor Lace, el cual logró que ingresara enseguida declarando que no sólo le convenía sino que lo necesitaba. Llegaron entretanto las vacaciones y algunos profesores dejaban nuestras casas en busca de más libertad y lucro, y don Bosco estaba angustiado, pues no sabía cómo sustituirlos. En esto, se le presentó Tamietti y le dijo: -Oiga, don Bosco; estaba decidido a salir e ir a Valsálice; pero entonces tenía don Bosco suficientes profesores; ahora sé que los necesita; no quiero se diga nunca que yo, pudiéndolo, no saco a don Bosco de un apuro. Me quedo con usted un año más. ->>Sólo un año?, replicó el Santo conmovido. íSiempre he dicho yo que Tamietti era un amigo mío! Ahora te digo que Valsálice será nuestro el próximo año... Y para el nuevo curso el clérigo Tamietti se quedó como profesor en el Oratorio. Al llegar la primavera, cayó enfermo y tuvo que ir a respirar los aires nativos, ((**It10.1028**)) pero durante aquellos días aseguraba a don Bosco acerca de su buena voluntad y le declaraba el propósito de hacerse y continuar siendo siempre salesiano. Don Bosco le contestaba: Muy querido Tamietti: Tu carta me saca una espina del corazón; ella me impidió hacerte el bien, que hasta ahora no te he podido hacer. Muy bien. Estás en manos de don Bosco, y él sabrá servirse de ti para la mayor gloria de Dios y el bien de tu alma. Cuando vuelvas aquí, veremos lo que convendrá hacer. Pero en todo caso: (**Es10.946**))
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