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((**Es10.921**) para vivir, determinó abandonar el Instituto; pero pidió a la administración reparación del daño que sufría, pues no podía encontrar enseguida otra colocación, y además, era costumbre en todos los colegios conceder al profesor el estipendio entero, cuando tenía que dejar la enseñanza por motivos ajenos a su voluntad. Como quiera que la administración se negó a ello, recurrió a los tribunales, aconsejado por el canónigo Caviassi, Procanciller de la Curia, q.e.p.d. La administración se dio por ofendida; y puede ser que uno de los señores que la componen, todos ellos seglares, haya referido la cuestión al Arzobispo. 7.° Pero el Arzobispo, al no conocer bien los hechos y atreverse, sin embargo, a afirmarlos con perjuicio de persona tan benemérita como don Bosco, de la diócesis de Turín, logró condenarse a sí mismo. Y he aquí cómo; los dos sacerdotes Antonio Tresso y Turletti, una vez terminados los cursos de latinidad y filosofía con don Bosco, entraron en el seminario de Turín el uno, y en el de Giaveno el otro, ambos dependientes del Arzobispo, y allí cursaron teología que equivale a decir, dieron prueba de espíritu eclesiástico, por lo que fueron admitidos a las órdenes. Por consiguiente, la educación recibida por estos dos sacerdotes ha de atribuirse al Seminario y no al Oratorio. 8.° Pero hay más. El teólogo Antonio Tresso, salido, como se ha expuesto, del Instituto de Sordomudos, se dedicó dos años a la cura de almas, como coadjutor en la Parroquia de la Anunciación. Transcurrido ((**It10.1000**)) este tiempo, con extrañeza y sorpresa de todo el clero (no por falta de capacidad y aptitud, sino por su edad todavía joven) fue nombrado por el mismo Monseñor Vicario Arzobispal y Foráneo en Lanzo, una de las más importantes parroquias de la diócesis. Ahora bien, se podría interpelar a la conciencia del señor Arzobispo y preguntarle si de verdad creía que el teólogo Tresso, uno de los presuntos siete clérigos, había sido mal educado por don Bosco y carecía del espíritu de humildad y sumisión particularmente exigido en aquéllos a quienes se quiere colocar en el candelero, o no. En el primer caso, >>cómo nombró al teólogo Tresso su Vicario en la insigne parroquia de Lanzo? En el segundo, >>cómo se atrevió a afirmar un hecho inexistente, que por tanto no conocía, con perjuicio para una Congregación religiosa floreciente y ante un alto tribunal? 9.° Por último será conveniente recordar aquí el cargo que ocupan hoy los otros tres sacerdotes arriba nombrados, ya que hemos hablado del teólogo Tresso. El reverendo Turletti es coadjutor en la parroquia de San Simón y San Judas en Turín; el reverendo Turchi se hala en Roma como profesor en un colegio protegido por Su Santidad; y don Juan Bautista Anfossi es profesor de literatura en el colegio de San José de Turín. Los cuatro sacerdotes gozan del aprecio del propio Arzobispo, quien, sin conocerles, les hizo blanco de tan grave reproche, con la única intención de infamar a quien los encarriló para hacer el bien, que hoy hacen. 3 FACULTAD PARA TRASLADAR LA FIESTA DE MARIA AUXILIADORA Decreto en favor de la Congregación Salesiana El reverendo don Juan Bosco, fundador de la nombrada Congregación Salesiana, humildemente pidió a Nuestro Santísimo Señor Pío Papa IX, que en la iglesia aneja (**Es10.921**))
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