Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es10.50**) Turín, 11-2-1871 Muy queridos hijitos míos: Mucho deseo, queridos hijos en Jesucristo, ir a pasar el carnaval con vosotros. Caso insólito, porque en estos días no acostumbro alejarme de la casa de Turín. Pero el afecto que tantas veces me habéis manifestado, y las cartas que me habéis escrito, contribuyeron a esta determinación. Hay, además, un motivo que más me lleva a ello y es una visita que os hice no ha muchos días. Oíd la terrible y dolorosa narración. Sí, he ido a visitaros sin que vosotros, ni vuestros superiores lo supierais. Llegué a la plazoleta que hay delante de la iglesia y vi un monstruo verdaderamente horrible. Tenía unos ojos grandes y centelleantes, nariz gruesa y chata, boca ancha, barbilla puntiaguda, orejas como las de un perro, y salían de su cabeza dos cuernos como los de un macho cabrío. Reía y bromeaba con algunos compañeros suyos saltando acá y acullá. ->>Qué haces aquí, monstruo infernal?, le pregunté asustado. -Me divierto, respondió; no sé qué hacer. ->>No sabes qué hacer? >>Es que has determinado dejar en paz a estos mis queridos muchachos? -No hace falta que yo me ocupe de ello; tengo dentro amigos míos que hacen mis veces a las mil maravillas. Hay un grupo de alumnos que se alistan y son fieles a mi servicio. ((**It10.43**)) -íMientes, padre de la mentira! Hay muchas prácticas de piedad, lecturas, meditaciones, confesiones... Me miró con una sonrisa burlona y, haciéndome señas para que le siguiera, me llevó a la sacristía, donde me mostró a director que estaba confesando: -Mira, añadió; algunos son enemigos míos, pero hay muchos que también me sirven aquí, y son los que prometen y no cumplen; se confiesan siempre de lo mismo, y yo disfruto mucho con sus confesiones. Me llevó después a un dormitorio y me enseñó algunos que durante la misa piensan mal y no quieren ir a la iglesia. Después me señaló a uno diciendo: -Este estuvo ya en trance de muerte y entonces hizo mil promesas al Creador; pero después íse hizo peor que antes! Me llevó después a otros lugares de la casa y me hizo ver cosas, que me parecían increíbles y que no quiero escribir, pero os las contaré de viva voz. Entonces llevóme al patio; después, con sus compañeros, delante de la iglesia, y yo le pregunté: ->>Qué es lo que más te ayuda de estos jovencitos? -íLas conversaciones, las conversaciones, las conversaciones! Todo viene de ahí. Cada palabra es una semilla que produce frutos maravillosos. ->>Quiénes son tus mayores enemigos? -Los que comulgan a menudo. ->>Qué es lo que más te disgusta? -Dos cosas: la devoción a María... Y se calló, como si no quisiera seguir adelante. ->>Cuál es la segunda? Entonces se estremeció. Parecía un perro, un gato, un oso, un lobo. Tan pronto tenía tres cuernos, como cinco o diez. Veíansele tres cabezas, cinco, siete. Y todo(**Es10.50**))
<Anterior: 10. 49><Siguiente: 10. 51>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com