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((**Es10.43**) Solía también recordar los ejemplos edificantes de los jovencitos más virtuosos que habían pasado por el Oratorio, particularmente de Domingo Savio, tomando motivo de ello para narrar los nuevos favores que se alcanzaban por su intercesión. Publicó también algunas de estas gracias, obtenidas por intercesión de Domingo Savio, como apéndice de diversos opúsculos de las Lecturas Católicas y en las nuevas ediciones de la biografía del angélico jovencito como, por ejemplo, la prodigiosa curación de un catarro bronquial del seminarista Juan Bautista Pellegrini, del Seminario de Como, obtenida en el año 1871. Otras, obtenidas en los años correspondientes a este volumen, son todavía inéditas. Mariana Cumba padecía fortísimas palpitaciones de corazón hacía seis años. Llegó a sus manos por casualidad la vida de Domingo Savio. Llena de confianza, invocó su intercesión y curó perfectamente. El mismo don Bosco escribió la relación, cuyo manuscrito se conserva, de otros dos favores obtenidos por Josefina Derossi. ((**It10.35**)) Josefina Derossi, natural de Racconigi, afligida por muchos males, levaba más de quince días inmóvil en cama. Enteróse de los muchos favores que se obtenían por intercesión del santo jovencito Domingo Savio y se dirigió a él con esta plegaria: -Domingo Savio, tú que fuiste modelo de santidad en vida y ahora concedes desde el cielo tantas gracias a quien te invoca, obténme de Dios conformidad con mis males y líbrame de estos dolores. Quedé instantáneamente como sumida en un dulce sueño y, después de un breve descanso, me desperté totalmente curada. Esto sucedió el año 1869. Este año (mayo 1871) me ha sucedido una grave desgracia: una caída me produjo contusiones y me rompí un pie. Los prolongados y agudos dolores, la duración y, más aún, el aumento del mal, hicieron que me acordase del antiguo y celestial protector, Domingo Savio. Le recé un padrenuestro y avemaría prometiendo hacer algo para su honor y gloria. También esta vez conocí el poder del Señor y quedé curada instantáneamente, pudiendo caminar y volver a mis ocupaciones ordinarias. Cumplo ahora mi obligación visitando la iglesia de María Auxiliadora, de quien él era tan devoto cuando vivía en esta tierra. Turín, 19 de noviembre de 1871. JOSEFINA DEROSSI La escuela de don Bosco, lo mismo que su carácter, tenía un sello, una forma, un programa particular. <(**Es10.43**))
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