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((**Es10.315**) un colegio que se había abierto en la carretera de Valsálice, o, como entonces se decía, Val Sálici o Valsálici (Valle de los sauces). En junio de 1863, anunciaba la Gaceta Oficial que, por decreto del ministro Amari, se ordenaba la clausura ((**It10.341**)) del Colegio de San Primitivo, dirigido en Turín por los beneméritos Hermanos de las Escuelas Cristianas. Ocasionó la orden tanta pena entre los buenos que, un mes después, apareció una Sociedad de Sacerdotes Turineses, con la única finalidad, así se lee en el artículo 3.° del Estatuto fundamental, aprobado por el Vicario Capitular monseñor Zappata, de cooperar al bien de la Religión y del Estado, salvando a la juventud a través de una educación e instrucción verdaderamente religiosa. En el mes de octubre se abría un colegio, en el antiguo camino de Valsálice, en un edificio que pertenecía desde mediados de siglo XIX a los Hermanos de las Escuelas Cristianas y que se llamaba Colegio Valsálici. Fueron siete los socios fundadores y, aunque se trabajó para aumentar su número, sólo siete, que eran el mínimo exigido por el Estatuto, permanecieron hasta 1868. Algunos de éstos se retiraban también, y se hubiera disuelto la Sociedad de no haber sido por el abate Michelotti y el teólogo colegiado, caballero don Francisco Barone, que llevaban la alta dirección. Intentaron estos dos personajes abrir nuevos caminos para renovarla y ampliarla, acariciando el propósito de extender su radio de acción más allá del funcionamiento del Colegio Valsálici. Pensaban en toda suerte de obras útiles para la juventud y para cuantos necesitan atenciones morales como: <> Pensaban, como es lógico, aumentar el número de socios, aceptando, además de los eclesiásticos, a los mejores seglares, no sólo de Turín, sino de toda Italia, o al menos de toda la provincia de la Metrópoli Turinesa y, aún mejor, de todo Piamonte, para impedir el triunfo de la inmoralidad y de la impiedad con perjuicio de la sociedad y de la Iglesia. Así lo ponían de manifiesto en un memorándum, que el teólogo Barone dirigía al Arzobispo, monseñor Riccardi di Netro, en el mes de marzo de 1869. El proyecto de esta calculada unión entre el sacerdocio y el laicado para provecho moral y material de las poblaciones no alcanzó la meta, pero sirvió para salvar al Colegio Valsálice, que volvió a tener (**Es10.315**))
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