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((**Es10.260**) al Oratorio, donde se nada en un mar de deudas. Sin embargo, éste no es el menor de sus fastidios. Cuando se aproxime el día del regreso a Turín, me tomaré el dulce encargo de hacérselo saber. Y para que esta carta tenga gran valor, don Bosco añadirá abajo algunas palabras y yo no me atreveré ni a firmar. La saludo respetuosamente y créame su agradecido nieto... >>. Al llegar aquí pasó Francesia la pluma al Santo, el cual <> añadió a la carta estos renglones: <>Que Dios la bendiga, mi buena mamá, y conceda toda suerte de bienes a usted, al señor Conde y a toda su familia. Siga rezando por este travieso para que se haga bueno y sea siempre su afmo. y seguro servidor e hijo Juan Bosco, Pbro.>>. La noticia de la última erupción había despertado, mientras tanto, en el Oratorio un nuevo fervor de oraciones para obtener lo antes posible la curación completa del amadísimo Padre. Don Juan Cagliero fue a verle el 8 de enero, llevando consigo algunas cartas. En una de ellas decíale Buzzetti a Enría: <>. Y don José Lazzero, que no sabía que don Juan Cagliero hubiera salido para Varazze, escribía aquel mismo día: <((**It10.281**)) apena lo que le toca sufrir a mi amado padre don Bosco, por otro me alienta no poco la solicitud de estos asistentes que me ayudan a guiar hacia el bien a estos muchachos que tanto lo necesitan. >>Todos los días recibo colectas para encargar misas por don Bosco, con dinero que los aprendices sacan de sus propinas. La misa de comunidad se aplicó por él con una abundante limosna ofrecida por (**Es10.260**))
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