Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es10.24**) buena mujer, vendedora de fruta en el mercado próximo a la casa del enfermo, enteróse en la farmacia de su estado y fue corriendo al Oratorio para notificar a don Bosco que un exalumno suyo de Lanzo, en la casa de la calle tal, número cuál, se hallaba a punto de muerte y no querían llamar a un sacerdote. Fue enseguida don Bosco. Llamó a la puerta. El criado, que le había visto varias veces en Lanzo, le reconoció al momento y comprendió a qué iba. Hízole un gesto con la mano dándole a entender que el asunto era algo difícil, pero le hizo pasar y llamó al dueño. Tardó éste un rato en acudir. Al fin apareció y preguntóle con fría cortesía cuál era el motivo de la visita. -He venido para ver al joven enfermo. -Duerme y no conviene despertarlo. -íEntonces, aguardaré! No le gustó la respuesta. Diose cuenta de ello don Bosco; pero, convencido de que era preciso actuar resueltamente, no cambió de parecer. Dijo entonces el tutor que iba a ver si César dormía, y le dejó solo más de una hora. Por fin compareció la señora para decirle que César seguía durmiendo y que, por tanto, era inútil esperar; y además, que los médicos habían prohibido toda suerte de visitas, ya que una ligera ((**It10.14**)) emoción, dos palabras nada más, podrían perjudicarle. Entonces don Bosco habló en términos contundentes y dijo: -Escuche: César fue puesto bajo nuestros cuidados en el Colegio de Lanzo, que está bajo mi dirección. Tengo, pues, algún motivo para verle, sobre todo porque César y yo tuvimos relaciones más íntimas y confidenciales de lo que usted puede imaginar. Tenemos asuntos importantísimos y sin duda quiere verme; es necesario que le vea un instante; no puedo irme sin haberle visto... -Ya, pero me parece a mí que... -Lo repito... estoy seguro de que César quiere verme, y por tanto debo esperar. Si usted me lo prohibiese, hasta podría reclamar ante las autoridades... ->>Se atrevería usted a cometer tal desafuero? -No quiero cometer ningún desafuero; pero usted comprende perfectamente que su desacato no quedaría en el silencio... Se hablaría de ello... Se diría que don Bosco fue a ver a un amigo suyo, a un alumno moribundo y se le prohibió acercarse a él... Y, a buen seguro, semejante noticia no resultaría muy honrosa para la familia de ustedes. -Sí, pero es que el médico lo ha prohibido.(**Es10.24**))
<Anterior: 10. 23><Siguiente: 10. 25>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com