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((**Es10.202**) 30 de enero; Antonio, el más pequeño, era enviado a Lanzo, y don Bosco mismo pagaba su pensión. En marzo, el comisario de la Jefatura de Policía de Borgo Nuovo se presentó para recomendarle otros tres pobres muchahos; uno de ellos fue aceptado enseguida y los otros dos, como eran todavía pequeños, aconsejó que fueran presentados al Padre de la Pequeña Casa de la Divina Providencia, donde también fueron aceptados inmediatamente. Al día siguiente le escribió el comisario agradecido a su caridad y a su consejo, pues encontró ((**It10.213**)) <>. El doctor Carenzi, Inspector de Sanidad, le envió un pobre muchacho. En cuanto supo que había sido admitido dábale gracias atentamente <>, y manifestaba el deseo de <>. El Director General de los Ferrocarriles del Norte de Italia le exponía la triste condición de dos huérfanos, menores de edad, Egisto y José Franceschini; don Bosco le respondió que, de haber tenido la edad prescrita por el reglamento, los habría aceptado inmediatamente, y añadió, al mismo tiempo, que <>. Poco más tarde le comunicaba el mismo Director General la mísera situación de otros dos muchachos, Francisco y José Ellena, que habían perdido a su padre, ferroviario en la estación de Busalla, en abril de aquel año, y tenían a su madre en cama, hacía diez meses. Don Bosco les abría caritativamente las puertas del Oratorio. Otro empleado de los Ferrocarriles del Norte de Italia, Jefe de tráfico en Milán, le comunicaba la muerte de Jacinto Salvagno, que había trabajado veintidós años en los ferrocarriles, y había dejado en precarias condiciones a su mujer y sus muchos hijos, uno de los cuales era alumno del Oratorio. Don Bosco condonaba inmediatamente la pensión al pobre huérfano. Todos acudían a él en cualquier caso, y todos eran atendidos. El caballero Carlos Baccalario, secretario jefe del Gobierno Civil de Turín, a ruegos de un sacerdote, amigo del conde Radicati, le remitía la carta de una pobre mujer, esposa de un ex-oficial del ejército, encarcelado y sometido a la cual no tenía con qué dar de comer a sus hijos... Resulta imposible contar las peticiones que le llegaban de todas (**Es10.202**))
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