Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es10.1156**) por Monseñor y fue recibido con los honores que se tributan a los Obispos. Se le acompañó a la capilla. Después de una breve oración, tomó la palabra con una sonrisa tan amplia y un ademán tan benévolo que nos causó maravilla, como algo insólito para nosotros. Pero ésta creció cuando, después de algunas exhortaciones propias de un santo, nos anunció que Su Excelencia nos concedía un bonito paseo a un lugar desacostumbrado y que antes tendríamos una buena merienda. >>Quién puede expresar nuestro entusiasmo ante el pensamiento de cambiar, al menos una vez, el estereotipado paseo a la Virgen de la Ripa? Pero en aquel momento surgió una dificultad. El cielo se oscureció de improviso y, al acabar de hablar don Bosco, cayó un furioso chaparrón. Bajamos ((**It10.1259**)) al comedor. Abrimos desmesuradamente los ojos al ver una rodaja de salchichón que llenaba el plato y un buen puñado de cerezas, que desaparecieron como por ensalmo. Entre tanto, el cielo se había serenado, al bochorno había sucedido un tiempo fresco refrigerante, y todos satisfechos nos encaminamos por la avenida de los Angeles hasta el Convento de los Menores Conventuales, donde por primera vez veneramos los restos mortales del beato Angel de Chivasso y rezamos llenos de gratitud por el santo sacerdote desconocido, que nos había proporcionado tamaña fortuna. En 1877 vine al Oratorio, conocí quién era el santo sacerdote y me encontré con siete compañeros ex-seminaristas de Cúneo, entre ellos el Rvdo. Chiapello, entusiasmados por el sistema tan diverso que regía en el Oratorio. Don Francisco Cottrino nos contaba otro hecho singular, acaecido de 1886 a 1888, todavía inédito, y que celebramos referir aquí. Tenía él un hermano que debía pasar la revista militar y temía mucho ser declarado útil. Tuvo ocasión de hablar con don Bosco en San Benigno y le manifestó aquel temor. Don Bosco le agarró por las manos y, moviéndole de un lado a otro, le dijo: -Queda tranquilo; tu hermano no irá al servicio militar. -Pero es que no tiene ningún defecto personal para quedar libre. -íNo irá! -Mire que ni siquiera hay motivos de familia... -íNo irá! -íEs más robusto que yo y tiene un buen tórax! -íNo irá! El hermano se presentó a reconocimiento y le declararon inútil hasta nuevo reconocimiento médico, ípor faltarle medio centímetro de tórax!... Volvió al año siguiente a reconocimiento y, por segunda vez, inútil... Acudió la tercera y Luis Bartolomé Cottrino (tenía dos nombres), era declarado inútil... íy destinado a la tercera clase!... Fue a Borgo San Martino para informar al hermano; éste, así que lo vio, le preguntó: ->>Y qué? -íEstoy haciendo el servicio, porque soy de primera clase! (**Es10.1156**))
<Anterior: 10.1155><Siguiente: 10.1157>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com