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((**Es10.1133**) Excelencia: El sacerdote Juan Bosco de Turín, con el deseo de promover el bien del prójimo y especialmente de la juventud abandonada, expone respetuosamente a V. E. su proyecto en torno a la iglesia del Santo Sudario, erigida en esta ciudad de Roma. El año 1597 hubo unos piadosos súbditos, movidos por el espíritu de piedad cristiana, y con aprobación de la Santa Sede, que fundaron una Sociedad o Cofradía, cuyo fin principal era dedicarse a la educación moral de los jóvenes, visitar a los enfermos y a los presos y otras obras de caridad: IUVENES IN VIAM SALUTIS DIRIGENDI, INFIRMOS ET CARCERATOS VISITANDI, ET ALIA OPERA CHARITATIS EXERCENDI, como está escrito en los libros de la fundación. Esta piadosa Asociación cumplió gloriosamente el fin propuesto durante más de doscientos años, hasta que, por los acontecimientos políticos sucedidos a principios de este siglo, quedó privada de la posesión y administración de la iglesia y desligada de las cargas anejas (1805). Después de una serie de vicisitudes (año 1837) se confiaba, con el beneplácito de la Santa Sede, la administración de la iglesia y el cuidado del cumplimiento de las cargas pías a la legación Sarda residente en Roma, puesto que los Reyes de Saboya tuvieron siempre esta Asociación bajo su especial protección. Finalmente, en estos últimos tiempos, como quiera que la iglesia amenazara ruina, el Sumo Pontífice autorizó al legado Sardo residente en Roma a cerrarla, suspendiendo todo gasto de culto con el fin de tener los medios para llevar a cabo la reparación (1858). En este lapso de tiempo de más de doce años, las pías disposiciones testamentarias se cumplieron en la próxima iglesia de San Andrés del Valle. El 16 de diciembre de 1871 quedaron cumplidos los comunes deseos y fue consagrada la iglesia v abierta de nuevo al culto, siendo Rector el docto y celoso señor canónigo don José Grosset Mouchet. ((**It10.1234**)) Es también útil añadir a este año histórico que en 1869, con el consentimiento de la Santa Sede, el que esto expone propuso al conde Menabrea, a la sazón Ministro de Asuntos Exteriores, cooperar a los proyectados trabajos de restauración para poder abrir cuando antes la iglesia al culto sagrado. Por razones concernientes al Ministro de Francia no pudo llevarse a cabo aquella gestión por entonces. Ahora que el edificio del pío instituto del Santo Sudario se encuentra en estado normal, renueva con respeto el exponente su instancia y propone a V. E. tenga a bien concederle que, a la caducada pía Asociación del Santo Sudario, cuyo fin era dedicarse a los jovencitos pobres y a promover otras obras parecidas de caridad, le suceda la pía Sociedad de San Francisco de Sales, que es una asociación civil con la misma finalidad. Esta Sociedad, además de atender a los jovencitos pobres y en peligro, se obligaría a atender el servicio religioso normal de la iglesia, su limpieza, reparaciones más todas las cargas y cuanto concierne al decoro de las sagradas funciones. Persuadido de que V. E. se dignará tomar en benévola consideración la humilde propuesta, que tiende a instalar en esta ciudad de Roma un instituto piamontés y suceder a otros piamonteses, pero siempre con el mismo fin, permítame que tenga el honor de poderme profesar con profunda gratitud de V. E. Roma, 17 de enero de 1874. Su humilde exponente JUAN BOSCO, Pbro. (**Es10.1133**))
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