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((**Es10.1118**) No ignoro la importancia del sacrificio que usted hace en estos tiempos de miseria general. Pero Dios sabrá recompensarla. El clero, la Iglesia, todos nosotros le quedamos agradecidos y nos uniremos al clérigo beneficiado para invocar constantemente las bendiciones del cielo sobre usted y sobre toda su familia. El sábado, Dios mediante, estaré en Turín. Con la más profunda gratitud y con los saludos de don Pablo Albera, mi secretario, tengo el honor de profesarme, De V.S. Sampierdarena, 26 de noviembre de 1873. Su humilde servidor y mal hijo JUAN BOSCO, Pbro. El día 29 volvía a Turín y tomaba un bocado a las cuatro y media de la tarde. ((**It10.1218**)) Muy querido Rúa: Pregunta a Savio si ha hecho algo sobre aquellas tres cartas del duque De Mari y que me hable de ello. No se olvide el cuadro de san José. Vete a decir a tía Felícitas que me prepare un plato de sopa, por amor de Dios, para mañana a las cuatro y media. Todo bien para ti y para todos in Domino. B. S. M., 28-11-1873. Afectísimo JUAN BOSCO, Pbro. El 16 de diciembre elevaba una instancia a la Dirección General de Ferrocarriles Romanos pidiendo billetes de favor, y el 22 de diciembre le respondían que tendrían muchísimo gusto en poder satisfacer su petición, <>. Había renovado también la petición al Ministerio de la Guerra para la concesión de prendas de vestir usadas; mas, por las diversas normas dadas al servicio del vestuario militar, con sentimiento, tampoco pudo ser atendida su instancia. Su más respetuoso y devoto pensamiento era siempre para el Papa, Vicario de Jesucristo, por el que fomentó continuamente el afecto y veneración universal. Prueba de ello es esta carta enviada a monseñor Domingo Cerri. (**Es10.1118**))
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