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((**Es1.280**) biografía de Comollo, parece, a primera vista, un reproche indirecto contra sí mismo, que ya desde niño solía asistir a esos juegos; pero, ponderando las cosas con atención, no le afecta en lo más mínimo. Su sencillez e inocencia de costumbres, su recta conciencia y el santo fin con que acudía a aquellas diversiones, justifican sobradamente cuanto hizo en sus primeros años, sin daño alguno para su alma y con gran provecho para las del prójimo. Durante toda su vida tuvo por norma la gran sentencia: Ama et fac quod vis. De aquí provenía su modo franco de obrar, sin angustias de espíritu y con la plena libertad de los hijos de Dios. La caridad echa fuera el temor. Apenas aprendió lo que creía necesario, dejó de asistir a los espectáculos públicos; renunció a los juegos acrobáticos que desdecían con el porte adecuado a una persona que quiere consagrarse al Señor; continuó todavía haciendo juegos de manos durante varios años puesto que eran un medio oportunísimo para ganarse la voluntad de los muchachos y motivo de honesto recreo para los amigos. Más aún: eran para él, pobre aldeanita, una escuela ((**It1.340**)) indispensable para prepararle a su misión, procurándole desenvoltura, jovialidad, dominio de las gentes, y la guarda de modales convenientes, reservados, impregnados de virtud. Un aspecto de asceta y penitente hubiera sido rechazado por la sociedad que entonces se formaba y en medio de la cual tenía que vivir. Resulta conmovedor el ver cómo don Bosco guardaba religiosamente los consejos de su amigo, y es una prueba más de su gran humildad. Afirma haber aprendido de Luis Comollo a vivir como buen cristiano; pero la verdad es, como nos lo asegura don Giacomelli, compañero íntimo de ambos, que don Bosco y Comollo se amonestaban recíprocamente para corregirse de los propios defectos, se animaban uno a otro a progresar en la perfección, se estimulaban para emplear bien el tiempo y se invitaban para acercarse con frecuencia y regularidad a los Santos Sacramentos. Comollo encontraba en Juan un compañero de especial confianza para hablar de cosas espirituales. <(**Es1.280**))
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