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((**Es1.255**) encargado, tengo que anotar el precio en el libro de cuentas. Entonces pienso para mis adentros: -Quién sabe si el precio que yo apunto será el mismo que anota el Señor? Si apunto de más, no será ello causa de mi condenación? Por eso lo pongo todo un veinte por ciento más barato que en los otros talleres. Su amistad con don Bosco encendía su celo para ayudarle cuanto podía en sus obras e iba con frecuencia a visitarle al Oratorio. En los priemros tiempos no se hubieran ((**It1.307**)) conocido en Castelnuovo las Lecturas Católicas, de haberse ocupado de distribuirlas solamente los encargados de ello. Pero Savio, simple artesano, con un negocio de tres al cuarto, que se ganaba el pan con su trabajo, de tan escasa instrucción que apenas sí sabía anotar sus cuentas, recibía las Lecturas Católicas, las llevaba de acá para allá, hasta otros pueblos, sin reparar en viajes y molestias y, muchas veces, ni en gastos. Hasta aquí don Ruffino. Siempre será verdad que los instrumentos más generosos en las manos de Dios para promover su gloria, son los pobres de espíritu, las almas sencillas y los corazones sinceros. (**Es1.255**))
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